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Dibujos animados de los de antes

Cuando nacimos ya estaba ahí, ocupando un espacio en nuestra sala o en nuestra habitación. Como el más ferviente de los rituales, acudíamos a aquella especie de recuadro mágico para divertirnos con sagas tan espectaculares como la mítica Dragon Ball, el siempre “cool” Johny Bravo, el excéntrico Agallas el Perro Cobarde o las divertidas Super chicas poderosas.

Sin lugar a dudas, la televisión ha sido (siempre lo será) un espacio donde la diversión y la asimilación de valores se combinan en un entramado casi “hipnótico” para niños, jóvenes, adultos y ancianos. Sin embargo, lo que parecía una cita obligada cada mañana para deleitarnos con animados de gran calidad, hoy se reemplaza con programas de concepción mediocre, más destinados al público adolescente, y carentes, al menos en mi opinión, de esa aura de creatividad tan acertada de los noventa.

Regular Show (Historias corrientes)

El título de esta serie viene a ser la antítesis de todo lo que sucede en sus capítulos. Mordecai y Rigby, sus carismáticos protagonistas, forman parte de una estructura narrativa extravagante, llena de matices cotidianos (el trabajo, las relaciones sociales, el amor, etc.) que aunque, alejados de lo infantilmente permisible, logran adentrarse en la selecta lista de los shows más codiciados de todo Cartoon Network.

Historias corrientes es todo un guiño a la originalidad, un coletazo a la ola mediocre que nos amenaza, y sin duda, el hecho de que pronto contaremos con un largometraje de estos dos personajes, nos demuestra que habrá diversión para rato, por supuesto, diversión “inteligente”. Reconocimiento especial para su equipo creador (en especial J.G. Quintel), quienes durante los 11 minutos de cada capítulo nos adentran en tramas disparatadas y un modo diferente de reflejar la cotidianidad.

The Amazing World of Gumball (El asombroso mundo de Gumball)

El asombroso mundo de Gumball es, pues eso, asombroso. La historia gira en torno a un gato azul (Gumball) de 12 años y su familia disfuncional, léase divertida, que en cada entrega nos revelan, a modo de sitcom, incontables destellos de imaginación, diálogos jocosos y un sinfín de artilugios creativos (como cuando el padre de Gumball decide probar cuál de sus hijos es el más holgazán).

Amén de su contenido, la forma en que El asombroso mundo de Gumball se nos presenta merece además nuestro asombro y nuestra aprobación, pues decidida a romper los convencionalismos típicos de las series animadas, la historia se nos revela haciendo gala de un surtido de técnicas de animación realmente impresionantes: animación por ordenador, escenarios 2D, stop motion, animación tradicional con pinceladas realísticas a través de sus escenarios con imágenes reales, en pocas palabras, toda una pieza de arte.

Pocoyó

Hasta ahora he estado hablando de series animadas para niños o adolescentes, pero que hay de las series de dibujos animados que veíamos cuando éramos pequeños de verdad. En ese aspecto me parece que la calidad de las series de dibujos actuales no tienen nada que envidiar a las de mis tiempos, sino todo lo contrario. Y el enorme éxito de Pocoyó me parece un ejemplo perfecto de ello.

Cualquier que tenga hijos, sobrinos o amigos con hijos pequeños habrá visto la atracción que sienten los “renacuajos” de hoy en día cuando ven a Pocoyó o a cualquier de sus amigos en la tele, en el iPad o en su página web. Les enseñan muchas cosas, y han sido capaces de trasladar a esos personajes a todo tipo de recursos infantiles, por lo que Pocoyó y sus amigos están presentes en todas partes.

La serie de dibujos es lo más conocido, es verdad, pero en Google Play y en la Apple Store hay varias apps del pequeño personaje que ayuda a los pequeños a aprender a colorear, a hacer puzzles o a cantar. Y en su portal oficial podemos ver como incluso hay cuentos para niños de Pocoyó, desde grandes clásicos hasta a otros con moralejas.

Adventure Time (Hora de aventuras)

La sed de creatividad, el desafío de los límites entre lo real y lo posible, y lo que, sin dejar de ser estrafalario logra ser acertado, parecen ser las variables en la fórmula de Adventure Time, una serie que nació en los estudios de Cartoon Network y cuyo éxito ha sido tan abrumador que sus personajes no han tardado en desbordarse hacia los videojuegos, los cómics y el merchandising.

Sin embargo, los aplausos más efusivos son sin duda para la trama que encontramos en cada capítulo de Adventure Time. Las entregas repletas de diálogos surrealistas, los conflictos en los que se ven envueltos sus dos protagonistas (Jake el Perro y Finn, el humano) y toda una amalgama de recursos gráficos bien concebidos son de los mejor que podemos encontrar con este título.

A modo de resumen

La nostalgia nos puede hacer pensar que los dibujos de nuestros tiempos eran mejores, pero la realidad es que actualmente se realizan series fantásticas, gracias en gran parte a la enorme variedad que hay. A mí me seguirán gustando más algunas de las series con las que crecí, pero después de analizar algunas de las actuales, ya no afirmaré tan rotundamente que en mi época eran mejores.

Sirva este artículo como homenaje para quienes se toman el arte de entretener bien en serio. A los de mis tiempos y a los de ahora. ¡Gracias por entretenernos!