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tippex líquido y para máquina de escribir

Si hay algo que nunca olvidaremos en nuestros años de colegio fue el Tipp-ex o Tipex. Utensilio obligatorio en todo escritorio de estudiante de bachillerato, el tippex marcó un arte a la hora de disimular errores ortográficos.

En muchos colegios, cuando uno llegaba a primer año de bachillerato (séptimo grado para algunos) obligaban a escribir a bolígrafo. A pesar de que muchos de nosotros carecíamos de la basta experiencia en escribir en algo diferente al clásico lápiz, nuestras preocupaciones estéticas quedaban subsanadas con el Tipp-ex. Este invento alemán nos permitía con un solo brochazo tachar el error ortográfico que habíamos cometido para que luego de unos segundos de secado pudieramos escribir la letra correcta.

Por otro lado teníamos el Tipp-ex para la máquina de escribir. Este fue otro gran invento que nos dió una mayor tranquilidad a la ahora de golpear erroneamente las teclas de nuestra máquina de escribir. Esta modalidad de Tippex venía en un juego de 20 papelitos rectangulares impregnados del correctivo líquido. Cualquier pelón era subsanado por el papelito mágico de tipp-ex.

Cosas inolvidables del Tipp-ex:

  • El tipex fue la divina inspiración metafórica para la frase «echale tipex» cuando decimos algo indebido y luego queremos corregirlo o remediar.
  • Cuando pasaba mucho tiempo sin usarse el Tipp-ex líquido, éste se secaba creando una pasta durísima que a duras penas te servía para borrar. Había una leyenda urbana que decía que con echarle agua al secado líquido éste recuperaba sus propiedades correctivas pero realmente lo que hacíamos era convertir nuestro folio de trabajo en una cochinada.
  • El olor que desprendía el Tipp-ex abierto hacía que nos drogaramos sin darnos cuenta. Muchos consideran el Tipp-ex como una de las primeras drogas legales blandas utilizadas en el colegio.
  • Quien no era ducho en el fino arte del Tipp-ex líquido en vez de disimular las erratas, lo que hacía era enguarrar la página del cuaderno provocando que muchos profesores pusieran un cero a nuestro trabajo de redacción. Más de una vez se dejaban ver en nuestros cuadernos obras de arte con el correctivo líquido blanco.
  • No sé porque las chamitas de la época le daba por pintarse puntitos blancos o la manicure francesa en las uñas con el dichoso Tippex. Será que el esmalte de uñas era un producto prohibido y en compensación hacían pruebas piloto con el Tipp-ex
  • El Tipp-ex de máquina de escribir era un utensilio más fino que su homólogo versión brochita. Al teclear incorrectamente un caracter en nuestra máquina de escribir solamente teníamos que poner el papelito de tipp-ex en el área a corregir y volver a golpear la misma tecla que sobraba en la palabra. El problema por el que muchos pasamos fue cuando sólo nos quedaba un papelito de tipp-ex y este tenía toda la superficie tatuada de letras. Buscar un aceptable hueco blanco para borrar nuestra falta era una odisea inolvidable.

El tipp-ex líquido salío al mercado en el año 1965 fabricado por la empresa Alemana Tipp-Ex GmbH & Co. KG. El tipp-ex se vendió en 150 países. El tipp-ex líquido paso a ser sustituído por un corrector de tippex en forma de boligrafo en la década de los noventas. Y el tipp-ex de máquina de escribir dejó de existir el mismo día que se dejó de usar la última máquina de escribir. A pesar de que son productos que nunca conocerán nuestros hijos para nosotros fueron un compañero de trabajo imposible de olvidar.